Por Rodrigo Aurrecochea (*)
Debemos reflexionar como sociedad, pero también como gobierno

El juicio por el asesinato de Fernando Báez Sosa, que ha capturado la atención pública de los argentinos, debe servir como una oportunidad para reflexionar sobre las diferentes responsabilidades involucradas en este triste incidente. Aunque es importante que los individuos imputados reciban una condena justa, no podemos ignorar las responsabilidades de los diversos actores que, de una manera u otra, han sido partícipes en este caso, y que deben ser consideradas para evitar que sucedan hechos similares en el futuro.
En este sentido, es fundamental hacer hincapié en la importancia de la ley 26.370, la cual es vital para garantizar la seguridad de los asistentes a eventos de diversa índole. Dicha ley —que fue sancionada en el 2008— establece las reglas de habilitación del personal que realiza tareas de control de admisión y permanencia de público en espectáculos musicales, artísticos y de entretenimiento en estadios, clubes, pubs, discotecas, bares, restaurantes y otros lugares públicos.
Según esta ley, las personas que realizan el control de admisión deben cumplir ciertos requisitos, como tener una capacitación específica en seguridad, manejo de situaciones de emergencia y protocolos de actuación, así como contar con un certificado de aptitud emitido por la autoridad competente. Además, estas personas deben cumplir con ciertos requisitos físicos y psicológicos para poder desempeñar esta tarea de manera eficiente y segura.
En mi experiencia como funcionario en la provincia de Río Negro, advertí que esta ley no siempre se aplica de manera adecuada. Por ello, comparto estas palabras para dejar asentado que no solo es necesario, sino también urgente, que se tomen medidas para garantizar que se cumplan las normas establecidas por la ley 26.370.
Debemos recordar que los mal llamados "patovicas" son un pilar fundamental en la protección de nuestros jóvenes y que la ley 26.370 establece con innegable claridad los requisitos necesarios para ser controlador de admisión y permanencia, así como las obligaciones para las empresas que prestan este servicio.
Estoy convencido de que, aunque en el negocio de los eventos existan muchos intereses de por medio, no debe haber ninguno más importante el de la defensa de la vida de las personas. Por lo tanto, estimo que es vital que se aplique de manera rigurosa la normativa legal vigente para proteger la vida de los asistentes a tales eventos.
En un documento presentado en las X Jornadas de Sociología de la Universidad Nacional de la Plata, en 2018, Sebastián Gabriel Rosa y Betania Cabandié se refirieron a cómo se manejan los conflictos en eventos públicos como festivales de música.
Una de las conclusiones que se desprenden del documento es que el diálogo es la forma principal de resolver conflictos, pero que también se admite el uso de la fuerza en situaciones específicas. Sin embargo, se destaca la importancia de tener habilidades personales y conocimiento técnico para manejar esas situaciones, siendo esas capacidades más importantes que el tamaño o la fuerza física. Es por eso que ser personal de seguridad no es solo “cosa de hombres”; también las mujeres pueden ejercer ese rol, ya que sus competencias psicológicas y emocionales —fundamentales para ese tipo de trabajo— equilibran las eventuales desventajas relacionadas con la contextura y la potencia física.
Pero ya años antes de esa reflexión académica, en el 2009, la organización sindical del Sindicato Único de Trabajadores de Control de Admisión y Permanencia de la República Argentina (SUTCAPRA) propuso la creación de una policía especializada en espectáculos públicos para velar por la seguridad de los jóvenes en los eventos nocturnos, tomando como modelo a la Policía de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas de España.
En una nota publicada el 16 de enero de 2023 en el periódico lnfoGremiales, el Secretario General de SUTCAPRA, Leandro Nazarre, propuso retomar ese proyecto e indicó que "es momento de avanzar en la conformación de una policía de espectáculos públicos, un proyecto por el cual venimos insistiendo hace años y entendemos que hoy sería esencial para complementar el trabajo de los controladores a través de una fuerza de seguridad pública especializada".
La policía de espectáculos tendría como objetivo prevenir y contener desbordes en lugares de entretenimiento, con capacitación específica en cuestiones de nocturnidad, juventud, resolución de conflictos, gestión de riesgos y prevención de siniestros.
En conclusión, y ya que es imposible recuperar esa vida trunca tan tempranamente, el juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa debe ser considerado como una oportunidad para meditar sobre las obligaciones de todas las partes implicadas en este penoso suceso.
Es fundamental cumplir con las regulaciones establecidas por la ley 26.370 para asegurar la seguridad en eventos y espectáculos, y es imperativo tomar medidas para garantizar que dicha ley sea aplicada de manera rigurosa.
Es hora de que este tema ocupe un lugar central en la agenda pública, y de que los argentinos reflexionemos sobre la importancia crítica de garantizar la seguridad en eventos y espectáculos, para que todos podamos gozar de ella sin pagar el alto precio de entregar nuestra vida a cambio. Para finalizar están poco preocupante hoy para el Estado que hoy está acéfala la Dirección Nacional del Registro Nacional de Empresas y Trabajadores de Control de Admisión y Permanencia (RENCAP). Si , es la dirección que se encarga de la seguridad de nuestros hijos.
(*) Abogado. Ex Funcionario de la provincia de Río Negro.